¿De que me sirvió? Eso es lo que algún día supongo que me preguntaré.
Estoy cansado de que mi vida sea un bucle del que no puedo salir. Día tras día alimentando mis miedos y viviendo de la rutina. Necesito escapar.
No quiero tener que levantarme cada Lunes a las 6:40 cuando suene mi dichoso despertador, ni desyunar el mismo café con galletas todos los días mientras hago tiempo hasta las 7:00. Tampoco quiero irme a la ducha y que el agua caiga sobre mi frágil piel sin poder sentir nada. Y así semana a semana.
Tengo la esperanza de que algo nuevo llegará a mi vida. Porque dicen que cuanto más deseas una cosa, más corto se hace el camino para conseguir lo que has deseado.
Y yo lo he deseado con todas mis fuerzas, tanto, que hasta la brisa mas insignificante y la criatura mas peligrosa de este planeta son polvo al lado de mi esperanza.
Espero que pronto pueda levantarme un Lunes y que esta vez sea a las 6:42 mientras me tomo mi café más cargado y esta vez con tostadas, pisando la ducha dispuesto a ser el rey del pop a medida que siento como el agua acaricia mi piel. Y que así pasen las semanas. Feliz. Sabiendo que ahora cada cosa que haga será diferente, porque algo en mi vida ha llegado y lo ha cambiado todo.
Y eso es lo importante.
Poder caminar bajo la lluvia, sonreirle a un charco y que este te devuelva tu misma sonrisa.
Nada más.
Creo que es suficiente...
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